ZTE está sufriendo su mayor crisis empresarial, casi definitiva, tras la sentencia dictada por el Departamento de Comercio de EEUU.

Los últimos dos meses pueden resumirse como los más convulsos de la empresa multinacional China ZTE, puesto que las noticias no pueden ser más negativas.

 

Gran marquesina de ZTE

Fotografía del gigante tecnológico ZTE

 

Todos sabemos la guerra comercial que mantienen Estados Unidos y China.

Diariamente encontramos artículos y editoriales con algún tweet de Donald Trump, capitaneando una intensa lucha, más política que comercial, con el fin de debilitar al país asiático.

En el caso particular de las empresas chinas ZTE y HUAWEI, hay una verdadera caza de brujas, con interminables acusaciones de espionaje por los servicios de inteligencia americanos.

F.B.I, C.I.A, N.S.A (y si me apuras, hasta la TIA de Mortadelo y Filemón) se han apresurado en acusar de espionaje a estas 2 empresas de tecnología chinas.

 

logos de los gigantes asiáticos

Empresas asiáticas acusadas de espionaje

 

La Central de Inteligencia Americana pide no usar teléfonos de ZTE y Huawei por sospechar que ocultan una puerta trasera en su software, capaz de robar información personal de sus usuarios.

 

Este mes de abril, el Departamento de Comercio Estadounidense ha sancionado duramente a ZTE, al descubrir que se había estado saltando deliberadamente los acuerdos firmados con Estados Unidos.

ZTE ha incumplido el compromiso comercial firmado, en el que se comprometía a no vender tecnología de origen americano a países con veto comercial, como son Irán y Corea del Norte.

El pasado año ZTE tuvo que afrontar una multa de 1.200 millones de dólares por este asunto. Además, se le exigía despedir a los 4 directivos culpables de las transacciones, y a los 40 empleados que gestionaron todas las negociaciones.

La reacción de ZTE, no se hizo esperar y despidió a estos 4 directivos, pero en el caso de los 40 empleados,parece que se lo tomó de una forma más distendida, tal fue su relajación, que les mantuvo las bonificaciones por la operación.

 

Al Departamento de Comercio americano no le ha gustado nada que ZTE se saltase a la torera, los términos acordados en la sanción, así que endureció las medidas.

Desde primeros de mayo, ninguna empresa de EEUU podrá vender software o componentes a ZTE. Y esta sanción se prologará durante los próximos 7 años.

 

Dicha sanción puede ser determinante para la supervivencia de la compañía, que tendría serios problemas para mantenerse a flote.

Por lo pronto, la primera reacción ha sido cerrar la división móvil. Y ya no encontramos nada referente a los smartphones en su web oficial.

 

Oficinas de ZTE en Shenzhen

Parque tecnológico de ZTE en Shenzhen

 

 

ZTE ha emitido una nota de prensa, donde comunica la suspensión de sus operaciones en la división de smartphones y la garantía de tener liquidez suficiente para no tener que cerrar la empresa.

 

ZTE cuenta con cerca de 75.000 empleados, que serán los primeros en notar las consecuencias de dicha sanción.

En las reuniones mantenidas por el Presidente Norteamericano Donald Trump y su homólogo Chino, Xi Jinping, han intentado suavizar las sanciones, con el fin de salvar la empresa china.

Evidentemente, la prohibición de no poder vender software o componentes a ZTE, afecta negativamente los contratos firmados con empresas americanas.

Los californianos Qualcomm han anunciado que perderán 44 millones de dólares en ventas de componentes.

Y esto puede extenderse a empresas como Google (Alphabet), ya que, aunque Android es un sistema de código abierto, la App del Play Store es propiedad de los americanos, y sin él, los smartphones de ZTE  no se venderían fuera de China.

 

ZTE podría sobrevivir vendiendo sus productos a nivel nacional, sustituir componentes de Qualcomm por otros de empresas como Mediatek o  Samsung, sería una posibilidad viable.

 

Subida de aranceles, acusaciones de espionaje, prohibición de fusiones y multas millonarias.

El Ministerio de Comercio Chino, ya ha anunciado represalias en respuesta a los continuos ataques contra las transacciones comerciales a su país, por parte del gobierno americano.

Trump, quiere proteger los derechos de propiedad intelectual de los productos americanos y a la vez forzar un cambio en los tratados comerciales, que desequilibran la balanza a favor de los asiáticos.

En esta guerra comercial entre los 2 países, ZTE tiene visos de convertirse en la primera víctima.

Gran parte de la manufactura de productos de origen estadounidense, pasa por las fábricas chinas, y sanciones como esta, van a cambiar el panorama mundial.

Hace unos días, Donald Trump publicó un tweet, en el que “invitaba” al Departamento de Comercio a reconsiderar su decisión y advertía del impacto en los puestos de trabajo que podían desaparecer por esta sanción.

 

President Xi of China, and I, are working together to give massive Chinese phone company, ZTE, a way to get back into business, fast. Too many jobs in China lost. Commerce Department has been instructed to get it done!

 

Y la respuesta del Gobierno Chino fue casi inmediata:

 

-«Aplaudimos la actitud positiva de Estados Unidos con relación a ZTE y seguimos en estrecha comunicación con ellos”, declaró Lu Kang, portavoz de la diplomacia china.

Sin embargo, la Cámara del Senado ha ratificado la sentencia sobre ZTE, y mantiene la sanción impuesta por el Departamento de Comercio.

 

Banderas de China y EEUU

Banderas de EEUU y China fusionadas y rompiendose.

 

ZTE se había posicionado como el 4º fabricante en número de ventas dentro de los EEUU. Su crecimiento en 2017 era del 296% y apuntaban a una facturación con cifras cercanas a los 4.500 millones de euros en beneficios.

Ahora, podemos ser testigos de la desaparición de una de las empresas de tecnología más importantes del mundo.

 

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Artículo original de Miguel Ángel Sola ProSolTek

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